En algo que no tiene nada que ver con marketing o diseño,
pero si un tanto de tintes personales, les platico que hace unas semanas empecé
a leer un libro de Enzo Biagi “La bella vita, Marcello Mastroianni Racconta”. En
el pasar de las hojas el sr. Mastroianni, como persona y como actor hace un
recuento de lo que ha vivido y aprendido con el transcurrir de los años, las
situaciones y esa doble oportunidad de vivir que da la actuación.
El libro es bastante casual en la narrativa, Mastroianni en
bastante confianza y con una claridad sencillísima expresa sus memorias. Si
tienen la oportunidad de encontrarlo por ahí, muy, muy recomendable de verdad.
Hoy justo casi en el aniversario de este caballero del cine italiano, encuentro
un fragmento de una pequeña entrevista que le hicieron allá en el lejano 1996
en la que habla de su cumpleaños, unos meses antes de su muerte…
23 DE SEPTIEMBRE DE 1996
“Hoy es mi cumpleaños. Cumplo setenta y dos. Bien, es una bonita edad. Cuando
tenía veinte, si imaginaba a un hombre de setenta y dos años, lo veía como un
viejo chocho. Pero yo no me siento tan viejo, quizá porque tengo la gran suerte
de trabajar sin parar. Creo que he llegado a superar las ciento setenta
películas: un buen récord. Por consiguiente, mi vida está colmada. Puedo
sentirme satisfecho. Insisto: soy afortunado.
Y me alegro de que este cumpleaños coincida con esta película, en medio de
estas montañas, inaccesible, es decir, alejado de todas las cosas oficiales,
las felicitaciones, el artículo laudatorio... Sin querer parecer ni huraño ni
esnob, he de admitir que determinadas manifestaciones, incluso de simpatía, de
amistad, de entusiasmo..., bueno, me cansan un poco, me aburren un poco. A
veces soy como los perros: prefiero meterme debajo de un mueble, me siento más
protegido.
Y eso que no tengo mal carácter. Aunque tal vez en algunos aspectos sí. Pero en
general soy muy paciente y adaptable. No «bueno», como muchos dicen: «¡Oh, es
muy bueno!» Y otro replica: «¿Bueno? Pero ¿qué dices? ¡Ése es un hijo de puta!»
Vea saber dónde está la verdad.”
Debe ser bastante agradable llegar a un punto de la vida en
el cual se puedan saborear los éxitos sin embriagarse de egolatría, llorar los
fracasos sin quedar derrotado, recordar las historias sin perderse en los recovecos
del tiempo. Que la vida nos lleve satisfechos como a Marcello.
Buon Compleanno hasta donde estés.
Macu