De las mejores partes
que tiene la época decembrina, desde la parte del marketing y desde mi punto de
vista son definitivamente los spots navideños de Coppel.
Como lo he dicho en
años pasados y en posts anteriores, encontraron la esencia de la comunicación de
su marca, conocen perfectamente su mercado, lo potencializan y lo dignifican
de una manera sensacional.
Se han dado también a la tarea de conocer esos
grandes sentimientos que nos mueven y que se sienten más a flor de piel en
estos últimos días del año: Un reencuentro, una ilusión, una sorpresa, una
familia. En cada una de las pequeñas historias que van apareciendo al dar
vuelta las paginas pop up del libro (bien ahí, muy bien), me sentí
identificada, me hicieron sentir… sentir la emoción de viajar, recorrer el camino,
acortar la distancia, llegar el día de
noche buena para esperar la navidad en una casa con familia que espera por
estar todos juntos y compartir… me hicieron recordar mis navidades de niña
cuando varias veces desperté por la madrugada y salí corriendo al arbolito a
buscar mis regalos debajo del pinito, entre la oscuridad, el frío, la emoción y
las carcajadas infantiles. El rapport con el labrador me conquista total y
rotundamente (tengo un labrador y justo tiene también una diademita navideña
que viste galante mientras preparo el pinito de navidad en casa)…
Cocinar la
cena en familia, el esmero, el amor, el sazón especial que se pone por el
maravilloso hecho de estar en compañía, en el suave y entrañable festejo que
brinda la ocasión. La mezcla de experiencias, de años, de vida, conjugada y
resumida en un tierno amor de hogar.
El factor clave en los
esfuerzos navideños de Coppel ha sido la continuidad, una continuidad que sin
perder su esencia, ni perder el foco resulta propositiva cada año, cuentan una
historia aderezada, bien pensada, exquisitamente bien trabajada desde la parte
visual, un deleite auditivo, hoy me parece un ritmo más cadencioso e íntimo el de
“ilumina tu navidad” mucho más vocal, un spot que puede verse muchas veces,
entonarse muchos días, hacer sonreír un poquito en cada vista.
Felicidades por esta joya.
Macu. Kitschmacu.
Gozos, risas y
felicidad.
Pd. Preferí centrarme
en la parte emocional del video que en la parte técnica del mismo, creo que el
mensaje emotivo-de sentimiento, que lograron conseguir y transmitir es muy poderoso
y disfrutable. Los tecnicismos salen sobrando.