Sin mucho preámbulo y directo… un joven llamado Jack Zylkin
encontró en la acera frente a su departamento, una vieja y tosca máquina de
escribir Royal, después del descubrimiento tuvo una serie de ideas que lo llevaron a crear la USB Typemachine. Alojó su idea en Hive76, hackerspace
comunitario en Filadelfia y puso manos a la obra.
Cuando pudiéramos pensar que el buen Jack haría de este un
gran negocio, la realidad es que en lugar de patentar y producir en serie su
invención, decidió lanzar los diseños como un código de proyecto de código abierto,
de esta forma muchas personas alrededor del mundo podrán rescatar viejas máquinas
de escribir y darles una segunda oportunidad.
De amor y de sombra, diría Isabel Allende.
Bello, hermoso, tierno, tecnológico, ecológico, de amor y
emprendimiento.
Digo yo.
Macu. Kitschmacu.
Mil gracias por pasar al blog.
Por cierto, puede usarse en Mac, Pc, Tablets, etc. Y en esta
liga pueden adquirir el suyo: usbtypewriter.com