Uno de los puntos muy interesantes que nos ha traído el
mundo moderno (a mi parecer), es esto de la “cercanía”, hoy más que nunca
resulta sencillo conocer otros países, culturas, personas, formas de
pensamiento, tradiciones, podemos sumergirnos, conectarnos, comprender y
sentir. De esta apertura y cercanía surgen las mezclas, un ejemplo maravilloso
de esto que comento y enfocado en el mundo del producto y del diseño es Bionic
Brew, cervecería artesanal.
Con una fuerte identidad de marca, sustentada por el folklor
chino y la antigua historia del Conejo de Oro, el cual permanecía atado a la luna, pasando
así sus días bebiendo el elixir de la vida. Llegan al mercado los señores de
Bionic Brew, con un poderoso símbolo de marca, con un cuidado extraordinario en
la parte artística e histórica en su logotipo, con trazos limpísimos,
simbolismos que conforman una identidad bien constituida y por supuesto fuerte.
En China la cultura de la cerveza artesanal no es una tarea
sencilla para aquellos que deciden incursionar en ella, Bionic Brew ha mostrado
crecimiento rápido en la región (Shenzhen, China), compitiendo fuerte con los clásicos
pop-up bars y tap rooms. Bionic Brew atiende mayoritariamente a públicos jóvenes,
lo cual resulta estimulante para el naciente segmento.
Tenemos pues aunado a una buena imagen un empaque versátil,
que sorprende y llega tanto al público chino como al de lengua anglosajona.
El mundo es uno.
Macu. Kitschmacu.
Por cierto: Diseño correo por cuenta de Alana Lyons, Zach
Wieland, Christian Helms.