El branding abarca sin duda, espectros fascinantes de las
organizaciones. El branding pone al descubierto elementos esenciales y
preguntas profundas que las corporaciones se hacen a sí mismas: ¿Qué representamos?,
¿Qué valoramos?, ¿Qué piensan nuestros consumidores o clientes de nosotros?, el
branding puede abarcar un sentido amplísimo de elementos que van desde los
valores, visión y acciones, grupos sociales, sistemas holísticos, percepciones,
tangibles e intangibles, personalidad, identidad visual, marcas y sus
respectivos registros (estas tres últimas englobadas en la identidad de marca. Importante
mencionar y antes de proseguir: Un buen logo no hace una marca, ayuda, sí… pero
no es garantía de éxito. El negocio no está en el logo (pero ese es tema de
otro post)), y bueno… aquí en esta amplitud y vastedad es donde el branding me
resulta fascinante, ubicuo y poderoso.
Una correcta implementación puede ordenar y encumbrar
organizaciones, volver a generar valor para marcas que alguna vez lo perdieron,
transformar servicios, es decir un buen branding (estrategia e implementación)
nos lleva a volver una marca relevante, entendida y querida (desde las
vertientes de: querer es amar y por supuesto querer es comprar).
Un elemento que se vuelve clásico este fin de año y que
tiene absolutamente todo que ver con el prólogo de esta nota, es la campaña
navideña de Coppel, se vuelve un clásico porque cada nueva temporada realizan
una entrega con un storytelling entrañable, visualmente limpísimo y que además
apuntala fuerte el branding corporativo.
Para esta navidad, teniendo como locación el majestuoso
Edificio Vizcaya en CDMX y en 2.21 minutos nos muestran la historia de Coppo y
Caty, dos seres que se encuentran y comparten el amor incondicional, la
ternura, la bondad, la risa y alegrías, la paciencia, la cercanía y los reveses
de la vida.
- Excelente la historia central. De entre las
cosas más fuertes y puras que existen en la vida (a mi parecer), es ese vínculo
elegido, voluntarioso, férreo y limpio que se da entre un niño y su mascota, la
tenacidad del amor que nos rescata.
- La paciencia todo lo puede, todo lo alcanza. La
paciencia aquí limpia distancias, la paciencia y el amor de Caty sacian el
hambre, colma de abrazos, la paciencia educa suave y obtiene resultados, la
paciencia individual desespera, languidece, mientras que la acción colectiva activa,
reconforta y une.
-
Un spot evocativo, solidario y conmovedor. Impregnado
de infancia y memorias (levante la mano quien alguna vez rescató y/o adoptó a algún
perrito o gatito cuando niño).
-
Para el minuto 2.01 no sabía si llorar o aguantar
el sentimiento.
Una comunicación de marca, comme il faut desde todos los ángulos.
Bien logrado.
Macu. Kitschmacu.