domingo, 10 de diciembre de 2017

Mejores Deseos | Coppel





El branding abarca sin duda, espectros fascinantes de las organizaciones. El branding pone al descubierto elementos esenciales y preguntas profundas que las corporaciones se hacen a sí mismas: ¿Qué representamos?, ¿Qué valoramos?, ¿Qué piensan nuestros consumidores o clientes de nosotros?, el branding puede abarcar un sentido amplísimo de elementos que van desde los valores, visión y acciones, grupos sociales, sistemas holísticos, percepciones, tangibles e intangibles, personalidad, identidad visual, marcas y sus respectivos registros (estas tres últimas englobadas en la identidad de marca. Importante mencionar y antes de proseguir: Un buen logo no hace una marca, ayuda, sí… pero no es garantía de éxito. El negocio no está en el logo (pero ese es tema de otro post)), y bueno… aquí en esta amplitud y vastedad es donde el branding me resulta fascinante, ubicuo y poderoso.

Una correcta implementación puede ordenar y encumbrar organizaciones, volver a generar valor para marcas que alguna vez lo perdieron, transformar servicios, es decir un buen branding (estrategia e implementación) nos lleva a volver una marca relevante, entendida y querida (desde las vertientes de: querer es amar y por supuesto querer es comprar).

Un elemento que se vuelve clásico este fin de año y que tiene absolutamente todo que ver con el prólogo de esta nota, es la campaña navideña de Coppel, se vuelve un clásico porque cada nueva temporada realizan una entrega con un storytelling entrañable, visualmente limpísimo y que además apuntala fuerte el branding corporativo.

Para esta navidad, teniendo como locación el majestuoso Edificio Vizcaya en CDMX y en 2.21 minutos nos muestran la historia de Coppo y Caty, dos seres que se encuentran y comparten el amor incondicional, la ternura, la bondad, la risa y alegrías, la paciencia, la cercanía y los reveses de la vida.

-           Excelente la historia central. De entre las cosas más fuertes y puras que existen en la vida (a mi parecer), es ese vínculo elegido, voluntarioso, férreo y limpio que se da entre un niño y su mascota, la tenacidad del amor que nos rescata.

-      La paciencia todo lo puede, todo lo alcanza. La paciencia aquí limpia distancias, la paciencia y el amor de Caty sacian el hambre, colma de abrazos, la paciencia educa suave y obtiene resultados, la paciencia individual desespera, languidece, mientras que la acción colectiva activa, reconforta y une.

-          Un spot evocativo, solidario y conmovedor. Impregnado de infancia y memorias (levante la mano quien alguna vez rescató y/o adoptó a algún perrito o gatito cuando niño).

-          Para el minuto 2.01 no sabía si llorar o aguantar el sentimiento.


Una comunicación de marca, comme il faut desde todos los ángulos.

Bien logrado.

Macu. Kitschmacu. 




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