martes, 23 de junio de 2015

Culiacán... el incomodo







El día de ayer se presentó en nuestra localidad una estrategia marketera encabezada por un nuevo personajito: “Morrín” (acá la liga para un poquito más de referencia: http://www.kitschmacu.com/2015/06/morrin-el-incomodo.html)... la punta nueva de un iceberg viejo: “Al 100 x Culiacán”, campaña emprendida por el ayuntamiento local hace unos meses, pero suspendida por cuestiones electorales, pues bien esta misma campaña vuelva a ver la luz el día de hoy ante la susceptibilidad de la comunidad.  

¿Qué está sucediendo? Morrín lejos de ser acogido con agrado, ha desatado una verdadera polémica en cuanto al correcto uso de recursos, recursos que como mencionaba ayer provienen de nuestros bolsillos y trabajo. 162 mil pesos en 9 figuras colocadas en diferentes puntos de la ciudad, más otro tanto de miles pesos en los diferentes espectaculares o billboards que fueron rentados para exhibir este mismo mensaje (hoy vi al menos 5, considerando que la renta de un espacio de este tipo en medida de 5 metros es de aproximadamente $10,000 y con un contrato minimo de 3 meses, la inversión en espacios incrementa… pueden sacar la cuenta, tomando como referencia minima esta cantidad que he dado y considerando también que las medidas de estos espectaculares exceden los 5 metros).


“Al 100 por Culiacán” es desde muchos ángulos, una iniciativa que carece de estrategia más allá de la autopromoción, autorizada tal vez en un momento de gran presupuesto, poca creativa y escasa sensibilidad social, alcanzo a vislumbrar un uróboros… una serpiente que muerde su propia cola, en un esfuerzo inútil. 


1.       Morrín. Como soldado solitario fue lanzado a la guerra, escasamente preparado. En un “bravazo” de creatividad lo dejaron inmóvil y postrado en unas bancas. ¿Qué tal haber generado rapport y cercanía con la ciudadanía y la nueva mascota?, ¿Qué tal si Morrín hubiera sido la mascota invitada y visitara escuelas para entregar aires acondicionados, sueros, fomentar una campaña de lectura, valores o reciclaje, etc.?, ¿Por qué confinar a la pasividad un elemento activo que pudo haber sido un puente entre ciudadanía y acciones emprendidas por los gobernantes?, ¿Alcanzaron a vislumbrar esto en su quimera creativa?, ¿o es que Morrín es un personaje sin historia, sin propuesta, sin comunicación sin un sentido de pertenencia y orgullo por la ciudad?... un personaje estático, frio y solo a la espera de una fotografía. 


2.       Textos. La comunicación y su encanto, su encanto y la comunicación. Podemos apreciar en los espectaculares frases como:

-          “porque juntos cuidemos nuestras áreas deportivas”.

-          “porque juntos conservemos nuestros centros educativos”.

-          “porque juntos sigamos construyendo una bella ciudad”.


El “estupor” o al parecer vapor creativo con el que se generó y autorizó esta campaña, pasaron por alto un punto importante de la comunicación en español: Los modos gramaticales. Esta campaña utiliza el modo modo irrealis en su estructura: el modo subjuntivo, en el cual se expresa la forma hipotética de “x” situación, algo que es posible pero es hipotético… algo improbable mas bien y siendo sinceros. “porque juntos cuidemos nuestras áreas verdes”, bueno así como puede que sí las cuidemos, puede que no las cuidemos. 
Las personas que ejercen un cargo público, están pues para buscar el beneficio de la comunidad… ¿puede que sí o puede que no?, ¿Es lo que están tratando de comunicar?, ¿Es lavatorio de manos y excusa de responsabilidades? La forma adecuada, para un mensaje que habla de logros, compromisos y realidades: Modo realis, en este caso, el uso del modo indicativo: “para que juntos cuidemos nuestras áreas verdes”, bien… me hablas de que tanto gobierno como ciudadanos comparten un compromiso, me hablas de una realidad de algo que ya está sucediendo. Pregunto pues, ¿utilizaron el modo correcto para describir las realidades de trabajo de la presente administración?


3.       “Al 100 por Culiacán”. ¿Rapport, cercanía, lenguaje coloquial?, no lo creo. ¿Qué tal elevar el léxico y generar frases memorables, dignificadoras o aspiracionales con algunas de las más de 88,000 palabras que componen el idioma español?  Hablar igual que el otro, no significa calidad de comunicación, ni empatía. Aquí entra la típica pregunta que hacen las mamás: “¿y si el otro se tira a un pozo, tú también te vas a tirar?



Macu. Kitschmacu.


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